La Ley 3/2009, de 3 de abril, sobre modificaciones estructurales de las sociedades mercantiles, representa una respuesta adecuada al creciente proceso de internacionalización de los operadores económicos; asimismo, a fin de garantizar la efectividad del mercado interior de la Unión Europea , se incorpora a la legislación española la Directiva 2005/56/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 26 de octubre de 2005, relativa a las fusiones transfronterizas de las sociedades de capital; además la presente Ley incorpora la Directiva 2006/68/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 6 de septiembre de 2006, en lo relativo a la constitución de la sociedad anónima, así como al mantenimiento y modificaciones de su capital.
En definitiva, esta Ley representa una solución transitoria a la espera de la publicación de una compilación del Derecho de las sociedades mercantiles en un cuerpo legal unitario en concepciones básicas.